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Para mejorar tu rendimiento académico y adaptarte al grado de exigencia de una universidad, debes encontrar las técnicas para estudiar adecuadas para ti. Estas herramientas están diseñadas para facilitar los procesos de aprendizaje. En este post, compartimos contigo las técnicas más efectivas y los mejores consejos para que aproveches todo tu potencial en los estudios.
Las técnicas para estudiar, o técnicas de estudio, son todas aquellas metodologías y herramientas didácticas que favorecen el aprendizaje. Como cada persona aprende de forma diferente, las técnicas varían mucho y se pueden adaptar a las necesidades de cada estudiante.
Uno de los requisitos indispensables para que las técnicas de estudio sean exitosas, es la participación activa. Es decir, el estudiante debe ser consciente de se rendimiento académico y sus dificultades al momentos de estudiar, para que sea capaz de probar distintas metodologías y encontrar las que más le ayuden.
Algunas materias le exigen al estudiante que recuerde grandes piezas de información, por ejemplo, dentro de las carreras de la salud. Si eres una persona con dificultades para memorizar antes de un examen o exposición, te compartimos consejos sencillos para mejorar tu memoria:
Presta atención a estas técnicas para estudiar y memorizar realmente útiles:
La mnemotecnia es una técnica para memorizar basada en la asociación de ideas o conceptos. Básicamente, el estudiante utiliza recuerdos ya establecidos para recordar nueva información más compleja. Por ejemplo, se puede tomar una rima de palabras para memorizar una lista de términos técnicos. Existen varios métodos de mnemotecnia:
Técnica del relato-imagen. Es ideal para memorizar listas largas de palabras. Para ello, desde tomar todas las palabras e ir creando una historia improvisada con ellas. No importa que no tenga sentido, mientras más extraña será más sencillo de recordar. Escribe el relato en una hoja de papel, y subraya las palabras en cuestión. Después, léela repetidas veces.
Técnica de lugar. Consiste en tomar el recuerdo de un recorrido que conoces muy bien, y asociarlo con los conceptos que deseas recordar. Entonces, imagina el camino desde tu casa hasta la universidad. A cada lugar destacado (parques, tiendas, restaurantes, grandes edificios, puentes, etc) le vinculas una idea. Luego, intenta evocar el recuerdo del lugar, junto con el concepto aprendido.
Este método se trata de tomar las letras iniciales de las palabras, o frases, que necesitas memorizar, y construir con ellas una palabra u oración (ya sea real, o ficticia), que te ayude a recordar con mayor facilidad. Por ejemplo, una lista de ciudades de Perú: Lima, Cusco, Arequipa, Trujillo, Chiclayo, Iquitos, Piura. Creas la frase “La casa azul tiene cuatro inquilinos pequeños”.
También funciona tomando la primera sílaba de las palabras, y construyendo una nueva palabra. Por ejemplo, las fases de la mitosis (división celular) son: Profase, metafase, anafase, telofase y citocinesis. Para memorizarlas puedes inventar la palabra “Promeanateci”. Al separar la palabra en sílabas, es más sencillo recordar todas las fases.
Muchas personas aprenden mejor de forma visual, por lo que vincular una imagen al concepto que deben recordar resulta una técnica de estudio bastante efectiva. No es necesario tener gran talento para el dibujo, basta con crear una imagen que puedas entender y explique perfectamente la idea central.
Existen distintas formas de emplear esta técnica. Puedes hacer un esquema o mapa mental solo con dibujos; crear una imagen completa que ilustre todo; construir una especie de historieta que explique el concepto por partes; o simplemente buscar el modo que mejor se ajuste a ti.
Además de memorizar, un buen estudiante también debe aprender, lo que significa ser capaz de analizar y aplicar los conocimientos y habilidades enseñados en clases. Esta es una lista de pequeños consejos para mejorar tu capacidad de aprendizaje:
Para que puedas comenzar a establecer tus hábitos de estudios, te presentamos algunas técnicas para estudiar e incentivar el aprendizaje:
Formular tus propias preguntas y tests para medir tus conocimientos mientras estudias, es una excelente técnica para comprobar que estás aprendiendo de verdad, prepararte para un examen oficial y ganar confianza sobre tus conocimientos.
Pon en práctica el método de la autoevaluación cuando hayas revisado todo tu material de estudio, y resaltado lo más importante. Entonces, comienza a formular preguntas que podrían aparecer en el examen. Escríbelas en una hoja, o en tu computadora. Luego, intenta responderlas todas sin consultar tus apuntes, como si estuvieras en una evaluación real.
Estudiar en pareja es muy beneficios. Además de permitirte medir tus conocimientos, te da la oportunidad de debatir y explorar nuevas perspectivas sobre los conocimientos que ya tienes. Por supuesto, debes tener en cuenta algunos aspectos esenciales. En primer lugar, escoger a la pareja adecuada. Puede tratarse de un amigo, que esté motivado por los estudios igual que tú, y con quien te sientas cómodo.
Los cuestionarios en pareja sirven para comprobar qué tanto dominas el tema de estudio. Así que es fundamental estudiar primero por tu cuenta durante algunos días, y después reunirte con tu compañero. Cada uno puede preparar un cuestionario y responderlos juntos, o intercambiarlos. Otra opción es turnarse para hacerse preguntas mutuamente.
La técnica de la hoja en blanco consiste en llenar una hoja con toda la información que puedas recordar, luego de haber estudiado por un tiempo. Usa lápices de colores y resaltadores, escribe y dibuja conceptos, ideas y ejemplos, tanto como recuerdes. No te detengas hasta llenar toda la hoja, o hasta que no puedas recordar nada más.
Luego, revisa tus notas con calma para comprobar que todo lo que escribiste tiene sentido y concuerda con lo que estudiaste. Esta hoja te servirá como material de apoyo para repasar antes de la evaluación. Incluso puedes compartirla con tus compañeros, o revisarla al final del semestre para verificar tus avances.
Este método también se conoce con el nombre de lectura consciente. Tiene el objetivo de lograr que el estudiante lea y, al mismo tiempo, comprenda la información que está leyendo y piense de forma crítica. Cuando puedes entender bien los temas de tus clases, es mucho más sencillo convertir los datos en conocimiento útil.
Si en tus estudios debes leer textos largos, la lectura activa se aplica de esta manera:
Similar a los cuestionarios en pareja, la lluvia de ideas o Brainstorming es una técnica de estudios grupal, que te ayuda a medir tu preparación, ejercitar tus habilidades de análisis y debate, además de ayudar a tus compañeros con alguna asignatura que les resulte más difícil.
El Brainstorming consiste en reunir un grupo de 4 a 6 estudiantes, y que cada uno tenga la libertad de expresar sus opiniones e ideas sobre un tema de estudio determinado. Para que todo sea más ordenado, puedes hacer algunas fichas con preguntas. Estas fichas se sacan una por una, y todos los integrantes del grupo toman turnos para compartir su respuesta.
Puedes comparar tus conocimientos con los de tus compañeros, pedir ayuda si no entiendes algos, y tomar notas de las ideas que te parezcan interesantes. Por otro lado, es importante que al elegir tu grupo, escojas estudiantes responsables y con gran motivación para el estudio.
Estas son algunas de las técnicas para estudiar más efectivas y utilizadas. Por supuesto, antes de escoger alguno de estos métodos debes tener en cuenta que cada estudiante es diferentes. Lo más recomendable es probar con distintas técnicas hasta encontrar la que mejor te funcione. Incluso, puedes cambiarlas para ajustarlas a tus necesidades.
¡Cuéntanos en los comentarios qué haces para estudiar mejor!